De nuevo sobre el asfalto catalán ha estado rodando el Toyota Yaris WRC. Una de las unidades ya tiene su segunda casa en el noreste de España y es por ello que ya estamos acostumbrado a verlo evolucionar en nuestro país. Sin embargo, el de hoy parece algo más que un test. Los rumores apuntan a que al volante de la unidad cebreada, la más evolucionada, estaba Sébastien Ogier en lo que era su primera toma de contactocon Toyota GAZOO Racing.
Además de que Motorsport News ha apuntado que se estaría hablando de una de entre 8 y 10 millones de euros al año y dos temporadas de contrato, lo que podemos ver es que la forma de llevar el auto es completamente distinta a la que hemos visto hasta ahora en el caso de Juho Hänninen e incluso parece difícil que ese desparpajo al volante de un WRC de 2017 sea obra del ‘rookie’ Teemu Suninen que se unió la pasada semana a los test con el equipo.
Obviamente, sin confirmación oficial no se puede asegurar que sea Ogier el que aparezca en el vídeo de los test, pero sí es cierto que se ve un pilotaje distinto al que hemos visto hasta ahora, además de una clara tendencia a subvirar por parte del Yaris. Es por ello que vemos mucho freno de mano para ayudar a cerrar la trayectoria, aunque está claro que no podemos decir que sea el cuatro veces Campeón del Mundo de Rallyes el autor de estos derrapes.
Lo que sí está confirmado es que Ogier no esperó a la gala del WRC después del Rally de Australia, regresando a Europa sólo horas después de bajarse del podio para seguir negociando su futuro. Se espera que esta misma semana se ponga al volante del Ford Fiesta RS WRC 2017 cerca de la base de M-Sport e incluso estaría intentado cerrar la posibilidad de probar el Citroën C3 WRC a pesar de que los de Versalles quieren tener un contrato firmado antes de dejar a nadie sentarse en su auto nuevo.
Vía DiarioMotor