El gran novato del Dakar 2016 analiza cómo está siendo la adaptación al mundo de los raids.
El gran novato del Dakar 2016 analiza cómo está siendo la adaptación al mundo de los raids.
Sebastién Loeb ya se ha subido a su máquina, ya ha descubierto por sí mismo cómo será el Peugeot 2008 DKR16que pilotará en su estreno en el Dakar. Competitivo, como no, nueve veces campeón del mundo y con ganas de más. Batió el record de la subida a Pikes Peak, probó en el WTCC luchando por los puestos de cabeza y ahora, no cabe duda que pronto estará luchando por la prueba más dura del mundo del motor.
Tras una vida subido en un auto de rallys, conducir ahora un prototipo de las dimensiones del Peugeot no es nada fácil. La adaptación está siendo compleja pese a la versatilidad del galo. “En cualquier auto de carreras me siento cómodo, pero en este caso es muy diferente a cualquier otro que haya conducido”, reconoce Loeb. Y es que muchas cosas que en el WRC son pecado, se convierten en rutinarias entre las trampas dakarianas. “Me llevó un tiempo ser consciente de cuánto castigo puede aguantar el auto y el tipo de obstáculos que puede atravesar. En WRC te acostumbras a evitarlos pero con este auto, pilotas directamente hacia ellos”, explicó el francés.
La importancia de la “improvisación”
Copilotado, como no, por su inseparable Daniel Elena, la interpretación de las notas será muy diferente en una disciplina donde premia más la “impovisación” y la navegación. “Aquí hay notas pero tienes que mirar alrededor y decidir, cuenta mucho más la improvisación que en WRC”, a la par que admite que la conducción en sí misma no es tanto diferente.
Loeb pilotando el 2008 en el Rally de Marruecos.
Loeb ya se estrenó en el mundo de los raids en Marruecos. Y no lo hizo nada mal. Un tercer puesto y un séptimo para inciarse no está nada mal. Eso sí, el francés sufrió la dureza de la disciplina. Tuvo problemas mecánicos en la primera jornada y volcó en la tercera. “Me hice una idea de la dimensión del evento. Cinco horas después de haber volcado, aún no había visto a nadie cerca de nosotros”, desveló Loeb mostrando una diferencia más con los rallys.
En Peugeot están encantados con Loeb. Sus ganas, su ambición y su capacidad de aprendizaje han hecho que la adaptación sea prácticamente perfecta. Además, miembros del actual equipo ya convivieron con el galo cuando buscó y logró el récord en la mencionada subida a Pikes Peak. “Nos ha dado exactamente lo que esperábamos y lo que recordábamos de Pikes Peak. Es un gran campeón gracias a la enorme profesionalidad en su forma de trabajar”, reconocen desde la marca francesa.
Así pues, ambición, coraje, sacrificio, ilusión… un sinfín de sustantivos pueden definir la figura de Sébastien Loeb, un genio de las carreras y un ídolo en el mundo del motor. Sea cual sea la prueba o el tipo de vehículo, Loeb es un campeón y siempre juega a eso, a ser campeón.
Vía MotoryRacing