Hoy hace justo cinco años que el paddock de MotoGP enmudeció al completo. No era la primera vez, y este año en el GP de Cataluña hemos comprobado que no sería la última. Justo hoy, 23 de octubre, hace cinco años que Marco Simoncelli nos dejó en la pista de Sepang después de sufrir un accidente durante la carrera del GP de Malasia.
Durante estos años, el mundo del motociclismo no de ha olvidado de Marco. Algunos de sus compañeros y amigos, como Mattia Pasini, Valentino Rossi (que hoy le ha dedicado su segundo puesto en Phillip Island) o el Team Gresini, equipo en el que corría Supersic, llevan siempre el 58 acompañándoles. Este año, Dorna retiró el número 58 en su honor durante el GP de San Marino, que se corre en el Misano World Circuit Marco Simoncelli, por lo que nadie podrá lucirlo salvo expreso deseo de su familia. Y su propio padre, Paolo, fundó un equipo de Moto3 en memoria de su hijo, el Sic58 Squadra Corse, que comenzó participando en el FIM CEV Repsol (el campeonato europeo) y el año que viene dará el salto al mundial.
Pero quizá el centro de todo está en Coriano, el pueblo que vio nacer y crecer como piloto a Marco. Allí se encuentra La Storia del Sic, un museo en el que se repasa toda la trayectoria de Simoncelli, desde sus inicios hasta su llegada a MotoGP. Prueba de ello es la réplica que se puede encontrar del box del Team Gresini en 2011, el que, sin que nadie lo imaginara, fue su último año en MotoGP; también se puede ver la Gilera con la que se coronó campeón de 250c.c., precisamente en Malasia, tres años antes, en 2008. Y es allí donde se va a construir un hospital para los más necesitados gracias al dinero que se recauda desde la Fundación Marco Simoncelli.
Y en pista nadie se olvida de él. Muchos se preguntan si podría haber sido el máximo rival de Marc Márquez en la actualidad, el heredero italiano de Valentino Rossi. Es algo que nunca sabremos, pero con solo pensar que podría serlo ya honramos su memoria. Tampoco se olvidan de él los aficionados de todas partes del mundo, que lucen con orgullo el número 58 en su honor.
Tal y como dice una placa colocada en el monumento que se construyó en su honor en Coriano, Marco Simoncelli solo quería ser recordado como alguien que emocionaba en la pista: “Mi piacerebbe essere ricordato como uno che in gara sapeva emozionare”, reza en italiano. Y así está siendo.