El Grupo VW se ha superado un año más en el Wörthersee con este espectacular trabajo real y virtual
El verdadero protagonista del evento tuning Wörthersee es el GTI Roadster.
El Golf siempre ha sido el ‘niño mimado’ del evento, y el Design Vision GTI del año pasado demostró lo lejos que se podía llevar al compacto con una buena ‘preparación de fábrica’. Para superarlo, Volkswagen ha llevado el concepto de tuneo a un nuevo nivel desarrollando desde cero un auténtico ‘show car’, con algunas reminiscencias de su pariente más terrenal.
El GTI Roadster es un sueño hecho realidad. El auto definitivo que aparecería en la mente de un loco del concepto GTI. Enormes entradas y canalizaciones de aire con rejillas por doquier, una línea de bajos con taloneras, splitter y radical difusor en carbono, y un gigantesco alerón para rematar.
Para darle todavía más énfasis al concepto, se ha constituido como roadster biplaza. El recortado e inclinado parabrisas envuelve a los ocupantes junto con unos vidrios laterales en disminución, que están ahí más para contribuir al diseño que a la protección. El casco deberá ser elemento indispensable a la hora de rodar.
Así el GTI Roadster se presenta con un conjunto mecánico encabezado por un 3.0 V6 TSI biturbo de 503 caballos y 560 Nm. Por necesidad, la tracción es total haciendo uso del sistema 4Motion de la casa, mientras que el cambio corre a cargo de una caja DSG con 7 velocidades.
Con un peso de 1.420 kg y unos generosos neumáticos 235/35 delante y 275/30 detrás montados en llantas de 20 pulgadas, que transmiten toda la potencia al suelo, el Roadster es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 3,6 segundos, hasta alcanzar los 309 km/h de velocidad máxima.
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