Aunque ya son ocho los niños rescatados en la cueva en Tailandia y solo restan por salvar cuatro más y el entrenador, el fundador de Telsa, Elon Musk, no se quedó con los brazos cruzados y puso a un equipo de ingenieros a trabajar en una cápsula que podría ayudar con la operación.
El aparato, que ya está siendo probado en una piscina de Los Ángeles, consiste en una cápsula metálica con forma de bala alargada, que estaría conectada a sendos tubos por los que entraría el oxigeno necesario para completar la travesía hasta la entrada de la gruta.
“El diseño está basado en los comentarios de equipos de buceo. Cuenta con acceso para el oxígeno en la parte frontal y en la trasera, que tiene forma de cono”, explicó Musk, quien dijo estar recibiendo recomendaciones desde Tailandia.
Debido al tamaño del artefacto el entrenador del equipo, que es el único adulto de este grupo de trece personas que se sumió en la gruta el pasado 23 de junio, tendría que salir por sus propios medios.
El plan consiste en que dos buzos expertos trasladen la cápsula, que cuenta con varios agarres, elaborados para que puedan ajustarse una serie de correas que llevarían los submarinistas atadas a sus cinturas, mientras en su interior es trasladado un menor.
En principio, el uso de estas cápsulas, que podrían ser enviadas a la cueva Tham Luang, en la norteña provincia de Chiang Rai, en pocas horas, es un “plan b” al que sólo se recurriría si las autoridades descartan continuar con las tareas de rescate si la caverna se inunda o si alguno de los menores no se siente capaz de salir por sus propios medios.
“Me sigue sorprendiendo el valor, la resistencia y la tenacidad de los niños y del equipo de buceo en Tailandia. El carácter humano en su máxima expresión”, elogió el empresario.