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Recuerdo de joven lo hizo restaurar un Suzuki LJ50

Marvin Vargas Jara tenía solo 18 años cuando vio por primera vez un Suzuki LJ 50 en tierras costarricenses, y desde ese entonces, se enamoró rotundamente hasta cumplir su anhelo de tener uno. Sin embargo, la tarea de restaurar y ponerlo en estado de exposición le tomó un par de años. 

La serie LJ inicio en el año 1970 cuando el fabricante decidió remodelar por completo al ON360, con un frontal más estilizado de barras horizontales, un capó más bajo, barra lateral que reemplazó las puertas, y la llanta de repuesto ubicada detrás del asiento del pasajero delantero, dejando espacio apenas tres.

Destacaba por su propulsor FB refrigerado por aire dos cilindros y dos tiempos, con 359 c.c. y 25 caballos de potencia, unido a una caja manual de cuatro velocidades. 

Para efecto de esta nota, la generación de nuestro protagonista salió de la fábrica concretamente en el año 75 con un motor de 539 c.c. con tres cilindros y dos tiempos refrigerado por agua, generando 33 caballos de potencia a 5.500 rpm y torque de 49 Nm a 3.500 rpm. En mayo de 1976 se presenta la versión pick up y para 1977 recibe ligeras modificaciones frontales. 

Aterrizando en el modelo nacional, más que un auto para el mecánico de 61 años de edad es todo un orgullo tener el modelo del cual se enamoró en tiempos de colegio y conservarlo a como se ve en las imágenes, es el resultado de horas de trabajo, dinero y hasta lágrimas.

“Desde que escuché ese motor quede impactado, me cautivo totalmente, fue ahí donde su silueta clásica y capacidades 4×4 me motivaron a tener uno desde hace ya un buen tiempo”, expresó Vargas. 

En el año 2004 este amante de los 4×4 dio rienda suelta para hacer su sueño realidad y fue ahí donde con un anuncio en un periodico nacional, expresó sus ganas de comprar un LJ 50 en buen estado para restaurar. 

“De un pronto a otro, varios dueños me comenzaron a llamar pero cuando los iba a ver estaban en un estado muy deteriorado y no me terminaban de encantar por estar con mucho óxido o bien no tener su motor original, por lo que me deprimí por un tiempo”

El destino lo premiaría finalmente cuando un vecino le comentó que un conocido tenía uno que había comprado de agencia y estaba en un estado aceptable. Tras varias negociaciones y acuerdos, Marvin Vargas se fue a casa con el carrito de sus sueños. 

Expresa que lo desarmó por completo y que lo restauró con piezas originales, desde el emblema hasta la punta del diferencial y que tras 16 años cada día lo ama más. 

Este amante de los carros clásicos dijo a Puro Motor que la anécdota que más lo ha marcado estando junto a su Suzuki LJ 50, fue cuando hace unos años la agencia de Suzuki Costa Rica lo invitó a ser parte de expomóvil en su stand de autos. 

“Mis hijas aman el carrito, ellas fueron parte de la restauración desde cero y tras 4 años en eso, finalmente todo tomó forma y ahora ni por la mente nos pasa venderlo”, comentó el propietario con mucho orgullo. 

Expresa que es el carro de fines de semana y que los disfruta junto a su familia, que en la calle la gente le saca fotos y hasta le hacen señal de parada para conocer más a fondo el modelo que ha marcado todo un hito en la historia japonesa del automóvil.

Jose Miguel Arce

Bachiller en periodismo, apasionado de los autos y los deportes de motor. Colabora para PuroMotor.com desde el año 2017.

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