Google lleva años desarrollando su programa de conducción autónoma para vehículos a motor. Los cuales llevan ya muchos años de pruebas tanto en pista cerrada como en carretera abierta, pero en todo este tiempo de investigación y desarrollo no ha sido hasta ahora que los ingenieros de Google han confirmado que la inteligencia artificial que gobierna estos vehículos ha aprendido a usar el claxon.
Por Sergio J. Cabrera
Lo cual puede parecer absurdo, ya que con casi toda probabilidad el claxon es uno de los mecanismos más sencillos a nivel técnico que podemos encontrar en cualquier vehículo a motor, pero que encierra una explicación de lo más lógica.
Ya que no se trata de presionar la bocina, sino de saber cuando hacerlo, en que situaciones por seguridad debe ser presionada, ya sea para hacernos ver o para advertir a otro de un peligro. Sin caer en algo en lo que los humanos muchas veces pecamos, emplearla demasiado, molestando con ello al resto de usuarios de la vía pública.
Para ello, los ingenieros han desarrollado un complejo algoritmo que identifica este tipo de situaciones, para que la inteligencia artificial que toma de decisiones pueda emular el comportamiento de los humanos y solo activarse en casos de verdadera necesidad, por motivos de seguridad. Minimizando así al contaminación acústica.
Las pruebas de este sistema han incluido un sistema de autoaprendizaje, basado en una bocina primaria que solo suena dentro del vehículo para que los ingenieros puedan decidir si la ocasión realmente requería usar la bocina del modelo. Una vez aceptada, el sistema procedía a usar la real, aprendiendo de la experiencia.
Las situaciones que han sido programadas incluyen desde avisar a un vehículo que circula en sentido contrario hasta avisar a un vehículo que se nos aproxima marcha atrás sin la suficiente visibilidad.