El segmento de los sedanes medianos, junto con las minivans, fueron los que más han sido golpeados en los últimos años con el crecimiento exponencial de las SUVs, ya que estos vehículos incluyen atributos de desempeño, confort y, en muchos casos, hasta el lujo que caracteriza a los sedanes y minivans; sin embargo hoy en día estos modelos siguen evolucionando para mantenerse en el gusto del consumidor.
Es el caso del KIA Optima, mismo que esta semana tuve oportunidad de probar en su sexta generación, misma que fue presentada en el Autoshow de Nueva York el año pasado.
Comenzaré por decir que este no es auto que se me antojaba conocer mucho, ¿por qué? Por el simple hecho de que es un vehículo en un segmento que se caracteriza por estar dirigido a un público que anda entre los 35 y 40 años de edad; autos con mucho lujo, elegancia y confort pero que no alcanzan a rozar el nivel Premium, y precisamente por eso, en muchos casos no inspiran a mucho para un público más joven. Es mi caso, que soy más de poner al los Foo Fighters y Sistem Of a Down entre otros en el sistema de infoentretenimiento,con el Spotify. Soy de los Millennials pues.
Por tal motivo es que no esperaba mucho de este Señor Optima (que por cierto, es el modelo más vendido de KIA en Estados Unidos), sin embargo le daba el beneficio de la duda porque resulta que en esta evolución, el diseño me resultó bastante interesante porque sin dejar de lado el porte elegante, tiene un estilo deportivo muy marcado, eso sin contar la versión Turbo GDI, que para mi suerte fue la que tuve en mis manos.
Lo primero que paso por mi mente al verlo físicamente fue que es un sedán mediano con bastante “onda” y que no tenía nada de aburrido como algunos de sus contrincantes con todo y sus V6, pues a los costados tiene la palabra mágica Turbo.
Además de los anterior, la imagen más atlética, jovial, vanguardista y atrevida logra guiñarle el ojo a los jóvenes que gustan de los vehículos con diseño deportivo y con carrocerías más cortas, llámense compactos o subcompactos. Eso gracias a su figura alargada con caída trasera estilo coupé, el difusor en la parte posterior, el doble escape cromado, además del diseño frontal que se caracteriza por unificar la parrilla en forma de nariz de tigre (ya característica de KIA), con los faros que le aportan es estilo agresivo que tanto encanta a los jóvenes.
Todo lo anterior dista del estilo cuadrado y sobrio del segmento, como el del Passat con sus líneas muy simétricas.
Por dentro, pasa lo mismo, hay un estilo deportivo y fresco que comienza por los asientos sport con vestiduras en piel Nappa con costura gris, acabados en metal y madera, techo eléctrico panorámico, paletas de cambios al volante, pedales de aluminio, cargador de smartphone inalámbrico, navegador con pantalla táctil de ocho pulgadas con conectividad y un sistema de audio Harman Kardon de bocina central de cuatro pulgadas, subwoofer y amplificador donde se escuchan bastante bien la batería de John Dolmayan, los guitarrazos de Daron Malakian y Shavo Odadjian y la Voz de Serj Tankian con Chop Suey, Toxicity o Aerials.
Todo eso ganó mi simpatía con el señor Optima pero lo que terminó por encantar fue su corazón de 2.0 litros turbo late con la furia de 245 hp y 260 libras pie de torque administrado por una transmisión automática de seis velocidades, para regalar una respuesta de aceleración sumamente deportiva que incluso permite ir de 0 a 100 en menos de ocho segundos, un tiempo que no le pide nada a algunos deportivos. Y si a eso le agregamos las suspensiones McPhearson con barra estabilizadora y Multilink tenemos un auto que transmite mucho control y estabilidad. Es un auto con mucha seguridad donde incluso presume de las cinco estrellas de la EuroNCAP.
El único problema que le veo es el precio pues en México ronda los 441 mil pesos.