La idea de crear un propulsor térmico con las ventajas de uno eléctrico ha llegado a la realidad gracias a la Universitat Politècnica de València.
En concreto, está siendo desarrollado por investigadores del Instituto de Tecnología Química (UPV-CSIC), lo que supone la salvación de los motores a gasolina tradicionales.
Con la mirada puesta en el transporte particular, esta innovación apunta a las estrictas regulaciones europeas y la modalidad ecológica que tanto buscan los nuevos compradores a la hora de elegir un nuevo vehículo.
Motorpasión dice que permitirá eliminar emisiones gracias a unas membranas cerámicas (MIEC), patentadas por el centro, que son capaces de neutralizar los gases NOx, además de capturar el CO₂ propio y atmosférico, licuándolo.
“Dentro del vehículo tendríamos además del depósito de combustible, otro con el CO₂ que se genera después de quemar el combustible y del que podemos sacar partido”, comenta Luis Miguel García-Cuevas, del CMT-Motores Térmicos de la UPV a la Agencia EFE.
En los próximos meses se espera que estén listos dos prototipos, en los que están trabajando actualmente, gracias al capital de la Agencia Valenciana de la Innovación.