El auto de carreras del futuro según Dunlop

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Aerodinámica activa, visión 360°, neumáticos inteligentes, ERS… Así será el mundo de la competición de dentro de 125 años

Seguro que siempre te has preguntado cómo evolucionarán los autos de carreras de aquí a dentro de unos cuantos años.

Sistemas híbridos, carrocerías adaptables, suspensiones y neumáticos inteligentes… Esto es lo que se ha podido ver durante la celebración del concurso ‘Future Race Car Challenge’ en el que la marca Dunlop ha reunido a aficionados y expertos para realizar una visión conjunta sobre el futuro de la competición.

El resultado de la unión de los trazos de Sergio Rinland, un reconocido diseñador con experiencia en la F1 y Le Mans, y las ideas de partida que han ido llegando tanto de expertos como de aficionados del mundo del motor, es el impresionante bólido de estas imágenes. Un vehículo que sin duda parece haber sido sacado de una película de ciencia ficción.

Pero lo realmente impresionante de este bólido es lo que no se ve, ya que toda la técnica que hay detrás es la que hará de este vehículo toda una auténtica obra de ingeniería perfecta para el mundo de la competición del futuro.

Su corazón está compuesto de cuatro motores eléctricos que con el avance de la tecnología y la consiguiente reducción de tamaño y peso podrían llegar a colocarse uno sobre cada rueda que funcionarían de forma independiente. De esta manera, no sólo se podría tener más potencia o par motor en unas ruedas que en otras según las necesidades del piloto (esto será muy útil a la hora de tomar curvas) si no que también permitiría estilizar aún más el diseño del vehículo.

Además de todo esto, sustituye la gasolina por el hidrógeno para moverse, incluyendo para ello un generador de electricidad por pilas de hidrógeno y una pequeña batería de ion-Litio.

Incluso, según la evolución de la tecnología podría cargarse por inducción (de un modo parecido al que vemos hoy en día en algunos smartphones que se recargan simplemente al colocarlos sobre la superficie de un dispositivo de carga inalámbrica.) De esta manera, si un circuito cuenta con la infraestructura necesaria, los autos podrían moverse sin llevar la energía a bordo, haciendo que sean más ligeros y eficientes.

La carrocería, por su parte, será adaptable para modificar la carga aerodinámica haciendo que sea más efectivo en tramos variados, reduciendo la resistencia en rectas y aumentándola en curvas para aumentar la fuerza hacia el suelo. Al estar su carrocería formada por materiales compuestos y nanopartículas su forma cambiaría según estas necesidades e incluso para mejorar su refrigeración cuando fuera necesario. Además este nuevo material hará que el vehículo sea más resistente y ligero.

En el interior, el piloto contará con una visión de 360° gracias a unas cámaras y a la inclusión de unas pequeñas pantallas dentro del habitáculo. De esta manera se dirá adiós a los espejos retrovisores mejorando aún más la aerodinámica de la carrocería.

Su calzado, en el que Dunlop ha puesto toda su tecnología en desarrollo, contará con unos sensores internos que leerán el trazado y enviarán la información al sistema para adaptar la la suspensión, la transmisión o los sistemas de frenado a las distintas condiciones. Además, al estar formados por el mismo material inteligente de la carrocería, estos neumáticos conseguirán controlar la temperatura y presión e incluso cambiar de forma para ser más eficientes. Tanto que no será necesario cambiarlos, ni siquiera a causa de las condiciones meteorológicas.

Y por último, el futuro también llegaría a las frenadas en forma de unas siglas que ya resultan familiares en la Fórmula 1: ERS. La presencia de este sistema de recuperación de energía dirá adiós definitivamente a los discos de freno y hará que nunca se desperdicie energía en las frenadas. Una energía que pasará a estar a disposición del piloto almacenada en volantes y/o supercondensadores para ser utilizada cuando necesite ese extra de potencia.

Quién sabe si dentro de 125 años podremos ver algo así en los circuitos. Lo que está claro es que con el ritmo al que evoluciona la tecnología actualmente no parece una idea tan descabellada.

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