Los elementos de seguridad en los autos muchas veces no son tomados en cuenta por los compradores a la hora de adquirir un modelo. La seguridad activa como pasiva, juega un papel importante ya que velan por la seguridad de los ocupantes. Esta nota se centra en las airbags (bolsas de aire), y su papel en la industria.
El concepto tiene origen en la aeronáutica de los años 30, pero no fue hasta la década del 50 que se registró el airbag diseñado para automóviles en EE.UU.
Mercedes Benz, desarrolló durante los primeros años de la década de los 60 su propio sistema de seguridad con airbags, al que hizo sus primeras pruebas en 1967. En 1974 la empresa decidió incorporar el sistema en sus vehículos, pero fue en el Salón de Ginebra 1981, que se presentó el Mercedes Benz Clase S, primer modelo en equipar de serie bolsas de aire.
Durante los 80 se creyó popularmente que el airbag llegó a sustituir al cinturón de seguridad incorporado por Volvo, más de veinte años atrás, pero los especialistas reafirmaban que la combinación de ambos dispositivos podía reducir considerablemente las secuelas de un accidente.
¿Cuál es la función de las airbags?
Como se adelantó anteriormente, su función es complementar al cinturón en una colisión. Las airbags, se crearon para evitar el contacto de los ocupantes con las partes duras del tablero (volante y parabrisas). Así mismo absorben fuerza cinética del cuerpo después de que el vehículo experimenta una desaceleración repentina, protege a los ocupantes de los vidrios provenientes del parabrisas y ventanas.
Estas se activan en tan solo 20 milésimas de segundo y salen de su carcasa a una velocidad aproximada a los 300km/h.
Están fabricadas con nailon y mecanismo de inflado que hace reacción entre cierta cantidad de azida de sodio y nitrato de sodio, cuya explosión crea nitrógeno caliente que infla las bolsas en fracción de segundo.
El resultado es contundente, durante un accidente frontal la combinación entre el cinturón y las bolsas de aire, evita que, 75 de cada 100 personas sufran lesiones graves en la cabeza, y 66 de cada 100 en el pecho.