El alemán va rumbo a su cuarto Título Mundial tras arrasar en Corea
Viento a favor y a toda velocidad. Nada ni nadie detiene a Sebastian Vettel. La ausencia de lluvia ha jugado a su favor en Corea, donde el alemán ha conseguido su cuarta victoria consecutiva (la octava de la temporada), y lo vuelve a hacer a lo grande, sin contestación, sin peros, sin errores, sin discusión alguna: desde la salida hasta la meta. Del tirón. Ni una mala pasada de frenada; ni un contravolante más allá del límite; sin una rueda fuera de los pianos. ¿Hay algo que pueda detener este binomio perfecto de monoplaza y piloto? De momento, ni los Pirelli (excusa para muchos pilotos, con o sin razón), ni los autos de seguridad (quizá demasiado rigurosos en sus excesivas presencias en la pista más por reagrupar a los pilotos que por seguridad), ni la velocidad o regularidad de ningún otro piloto o equipo.
Desde luego que Fernando Alonso es un digno rival y no se rendirá hasta que matemáticamente esté todo perdido -y aún así seguro que seguirá peleando por honor-, pero Vettel está haciendo todos los méritos necesarios para ganar su cuarto Título Mundial consecutivo. Y volverá a destrozar todos los récords.
MASSA DESBARATA EL PELOTÓN
De momento y paso a paso, el alemán ha sabido administrar perfectamente su amplia ventaja en la carrera coreana, de la que era claro favorito ya desde el sábado. En la salida se escapaba y esta vez nadie le peleó la posición, como sí ocurrió en Singapur. No perdió la cabeza en ninguna de las vueltas, ni siquiera entrando en boxes.
Por su parte, Alonso tuvo mucho trabajo que hacer desde la salida, cuando esquivó hábilmente a su compañero de equipo, Felipe Massa, pues éste perdió el control de la parte trasera de su monoplaza en la segunda frenada y a punto estuvo de colisionar con él. El español lo vio a tiempo para salirse por la escapatoria asfaltada sin perder mucho tiempo y salvando el monoplaza intacto; al contrario que Jenson Button, que yendo por el exterior sufrió el cambio de trayectoria del pelotón (para evitar a Massa) y dañó su alerón delantero, lo que le obligó a entrar muy pronto en boxes: “En realidad no me afectó mucho en cuanto al ritmo de cabeza, pero empezó a afectar a las temperaturas, así que tuve que entrar a cambiar el morro”, señalaba el piloto de McLaren. En la segunda parada de Button, un incidente con los semáforos le despistó: “Se pusieron verdes y salí, pero inmediatamente volvieron a ponerse rojos, así que frené. Vi que todo estaba bien así que seguí”.
Mientras Mark Webber iba remontando poco a poco (en la octava vuelta ya era octavo), las escaramuzas del pelotón beneficiaron a Vettel, que iba a lo suyo en su propia carrera, en su propio mundo: casi dos segundos y medio de ventaja en la primera vuelta.
PÉREZ NO SE EXPLICA EL REVENTÓN
Aunque ha sido una victoria cómoda, quizá no lo fue tanto como en las anteriores carreras de Italia y Singapur, principalmente por un problema de degradación en el neumático delantero derecho, que obligó a Vettel a ser cuidadoso. Detrás de él, Romain Grosjean pudo engancharse al tren de la cabeza gracias al adelantamiento sobre el Mercedes de Lewis Hamilton en los primeros compases, aunque más tarde su compañero de equipo, Kimi Räikkönen, le sobrepasaba.
El finlandés se convertía en una seria amenaza para Alonso, que le pasó sin contemplaciones en la novena vuelta, mientras Nico Hülkenberg sorprendía hasta a su propio equipo manteniéndose en la quinta posición. El espectacular pinchazo de Sergio Pérez en la vuelta 31ª no arruinaba sólo su carrera, sino que echó al traste la gran remontada de Webber, que se llevó por delante los restos de su incidente y le obligó a entrar de nuevo a boxes.
Pérez se había pasado de frenada y su neumático se deshilachó rápidamente. El mexicano no se explica del todo qué ocurrió: “Ese juego de neumáticos era algo viejo, pero frené donde siempre y se bloqueó. Había hecho veintiuna vueltas con ese juego cuando de repente explotó, rompiendo el alerón delantero. Menos mal que no había nadie cerca. Nos merecíamos más hoy”.
A WEBBER LE MIRA UN TUERTO
El auto de seguridad reagrupó la carrera pero en ningún momento puso en peligro el liderato de Vettel que, muy astuto, entró en boxes para asegurarse la estrategia. En la reanudación mantuvo perfectamente la posición y no le tembló el pulso ni cuando el RB9 de su compañero de equipo, Webber, salió ardiendo y volvió a la pista el auto de seguridad.
El australiano se lo estaba trabajando duro al lidiar en el fondo del pelotón tras la penalización de diez posiciones sufrida por cuando fue remontado por Alonso en Singapur. La carrera fue una constante lucha con pilotos correosos hasta que terminó su actuación con el monoplaza en llamas, después de que Adrian Sutil perdiera la frenada en la segunda salida de la relanzada tras el primer auto de seguridad y fuera a estrellarse directamente contra su RB9, destrozándole los escapes, los radiadores y algún elemento más que prendió el fuego rápidamente. “Estaba buscando salir muy bien en la segunda recta para usar algo del KERS sobre Ricciardo”, explica Webber. “Entonces no sé qué le pasó a Sutil, pero me ha golpeado y ahí terminó todo. Tenía muchos daños en la parte trasera del auto; espero que el chasis no se haya dañado”.
La frustración del australiano es comprensible si tenemos en cuenta que lleva dos carreras consecutivas sin puntuar, es quinto en el Mundial y no ha ganado ninguna carrera con el monoplaza que muy probablemente lleve a su compañero a proclamarse campeón mundial.
ROSBERG: “PODRÍA HABER ESTADO EN EL PODIO”
En la segunda reanudación, el duelo entre Hamilton y Alonso recordó cuando ambos se jugaban el Mundial en otras escuderías. Pero esta vez los dos lo están pasando bastante peor en sus respectivos equipos. El inglés de Mercedes tuvo que sufrir la estricta estrategia de su escudería que, según el propio piloto, no admitió ninguna modificación, ni siquiera cuando sus neumáticos claramente habían dicho basta, y le mantuvieron en la pista a su pesar: “Con mi segundo juego de neumáticos, los duros, la rueda delantera derecha se desintegró de repente y era muy difícil mantener el ritmo, pero no podía entrar hasta una cierta vuelta marcada”.
Para más inri tuvo que esperar una vuelta extra cuando el morro del Mercedes de Nico Rosberg se descolgó y tuvo que ocupar los boxes para cambiarlo justo cuando él iba a entrar. El alemán creía que podría haber pisado el podio fácilmente: “No me lo podía creer; iba a terminar en el podio después de adelantar a Hamilton. Justo después el alerón se rompió. Fue aterrador; podría haber sido una situación muy peligrosa”.
Desde el pitwall le instaron a que llegara a boxes a buen ritmo, pues todavía tenía suficiente carga aerodinámica y el alerón no podía descolgarse del todo por el sistema del anclaje, según sus ingenieros. “Es una pena, pues el auto hoy iba muy bien”, aseguraba Rosberg. De hecho, el ganador de la carrera, Vettel, reconoció la competitivdad de las flechas plateadas: “Tenían más potencial que nosotros”.
Hamilton pudo recuperar terreno y subir hasta la quinta posición, justo por detrás del Sauber de Hülkenberg. Las constantes y aplicadas maniobras del británico no surtieron efecto, pese a mantener al público en vilo durante vueltas y vueltas.
GROSJEAN SE QUEJA DE ÓRDENES DE EQUIPO
Las últimas diez vueltas fueron un espectáculo entre Esteban Gutiérrez, Massa, Pérez y Pastor Maldonado, por un lado, y Alonso, Hamilton y Hülkenberg por otro. El inglés de Mercedes llegó a adelantar al de Sauber en varias ocasiones, pero irremisiblemente las perdía a continuación. Algo parecido le pasaba a Alonso con el propio Hamilton, con quien intentó trazadas alternativas que le llevaban a ponerse por delante del inglés, pero siempre por la parte exterior de las largas rectas y perdiendo el interior de las curvas, lo que le hacía perder inmediatamente la posición.
Por delante, Lotus demostró su poderío y se evidenciaron algunas discrepancias entre sus pilotos, Raikkonen y Grosjean, que al parecer tuvieron algunas palabras por la radio interna del equipo en relación a posibles órdenes de equipo que el francés no terminó de aceptar con buena cara: “Le pregunté al equipo si podía adelantar a Kimi cuando monté los neumáticos más nuevos, pero no nos han dejado correr por nosotros mismos”, se quejó tras la carrera. “Esa es la filosofía que tenemos”.
Una versión radicalmente opuesta a la dada por Alan Permane, jefe de operaciones en la pista, que aseguró: “Romain habría sido segundo de no haber salido el auto de seguridad. Eso benefició a Kimi. Ambos iban muy igualados y les hemos dejado que corrieran libremente hasta el final”. Al parecer, uno de los dos miente.
EXCUSAS O HECHOS
El trío de Hulkenberg, Hamilton y Alonso terminó tal cual: el de Mercedes no pudo con el alemán y el de Ferrari no pudo con Hamilton, pese a las constantes intentonas: “Nuestro monoplaza era muy competitivo”, asegura el británico: “Pero no lo suficientemente rápido en las rectas”, decía sobre su duelo con el piloto de Sauber. Con su viejo amigo Alonso, comentó: “Ha sido una lucha bonita. Pero nosotros merecíamos más como equipo”.
Alonso, por su parte, achacó durante todo el fin de semana los grandes problemas de Ferrari a la extrema degradación de los Pirelli, lo que desató la ira de Paul Hembery, que cruzó algunas polémicas declaraciones contra él por las que, asegura el español, le pidió más tarde perdón.
Mientras algunos argumentan que el bicampeón echa balones fuera y busca una excusa para justificar el fracaso, en realidad el asturiano reconoce que es problema suyo, de Ferrari, y que son ellos los que tienen que aprender a usar las gomas: “No es sólo problema de las prestaciones del auto. Castigamos más los neumáticos. No hay problemas con las prestaciones. Somos nosotros los que no nos hemos hecho a estos neumáticos. Es cuestión de Ferrari y de los pilotos”.
Lo que no quita para que siga siendo crítico con unos neumáticos que se han mostrado peligrosos e inconstantes: “Cuando llueve, se paran las carreras. En otras, los neumáticos explotan… Están al límite en cuanto a calidad”. Y Alonso no ha sido el único que ha criticado a Pirelli este fin de semana; Webber también ha arremetido contra el fabricante italiano: “Los pilotos no son importantes para ellos. Los neumáticos se desgastan muchísimo y a veces explotan. Es algo que tienen que resolver” Quizá, en Suzuka.