Un padre ex piloto de Fórmula 1, una madre campeona de karting: el destino de Max Verstappen, quien puede proclamarse campeón del mundo de Fórmula 1 por primera vez el domingo, estaba trazado. ‘Mad Max’ nació para ganar pilotando.
“Ya pilotaba kartings o quads incluso antes de saber leer o escribir”, recordaba recientemente su madre, Sophie Kumpen, en una entrevista a la televisión neerlandesa NOS.
El piloto, que posee la doble nacionalidad belga y neerlandesa (nació en Bélgica, en Hasselt, de madre belga y de padre neerlandés), disputó sus primeras carreras a los cuatro años, en una competición ‘Mini Junior’.
“En casa hablábamos siempre de la competición y Max insistía cada vez más en rodar en Kart. Nunca lo obligué, más bien cedí a su petición insistente”, confesaba su padre, Jos, en el portal de internet KartMag en 2014.
“Estaba contento porque manifestase ese deseo pero no invertí realmente en su carrera hasta que me di cuenta de que tenía un don. Si no, simplemente habríamos participado en carreras a nivel nacional por placer”.
El joven Max siempre afirmó no haberse convertido en piloto “para hacer como (sus) padres sino porque amaba eso”.
Pero la rama suele salir al árbol. A igual que otros hijos de ilustres pilotos (Jacques Villeneuve, Damon Hill, Nico Rosberg…), el pequeño vivió su infancia a ras del asfalto.
‘Superdotado’
Paul Lemmens, propietario del circuito de karting de Genk, en Bélgica, en la época en que el joven Verstappen realizaba sus primeras vueltas en pista, recuerda a “un chico superdotado”.
“Me acuerdo de un año en que, de 60 carreras ganó 59. Lo ganaba todo”, mencionaba en 2015 en un video en la página de internet de su circuito.
El fotógrafo Frits van Eldik, quien vivió de cerca el crecimiento del prodigio y al que dedica actualmente una exposición, “Vleugels to the Max” (Las alas de Max) en Breda (Países Bajos), cuenta que, “desde sus seis años supimos que Max tenía algo más que los otros”.
“Con cinco o seis años le vimos girar con las ruedas en sentido contrario, manejar las palancas y pedales con naturalidad”, explicaba esta semana a la agencia neerlandesa ANP.
“Era tan superior a sus rivales que su padre le saboteaba voluntariamente su karting, realizaba malos reglajes par ver si Max distinguía los problemas. No necesitaba mucho tiempo para ver que su eje trasero tenía un problema”, cuenta el fotógrafo.
‘Aún en desarrollo’
El aspirante a campeón del mundo de F1 realizó sus primeras vueltas en un verdadero auto de carreras, un Fórmula Renault, en un circuito cerrado en Gales, al abrigo de las miradas, en 2013.
“Uno puede ser bueno en Kart pero eso no es una garantía. Las pocas personas presentes y su padre Jos fueron sin embargo rápidamente convencidas del talento del chico”, según Frits van Eldik.
“Todo el mundo estaba excitado y Max sólo dijo: ‘es mucho más fácil que el Karting’.
Un año después, el actual piloto de Red Bull conducía en Fórmula 3, antes de debutar en Fórmula 1, convirtiéndose a los 17 años en el piloto más joven de la categoría reina del automovilismo, cuando ni siquiera contaba con el permiso ordinario de conducir.
“Pienso que Max siempre tuvo un tiempo de ventaja”, explicaba a la AFP su manager Raymond Vermeulen en el marco del último Gran Premio de Brasil.
“Siempre tuvo unos años de ventaja sobre sus colegas en la categoría reina. Nosotros lo vemos todavía hoy en desarrollo y pienso que los mejor queda por venir porque aún no ha llegado a la madurez”, aseguraba Vermeulen.
Con solo 24 años, a Verstappen le queda por delante mucho tiempo para estrenar, o mejorar, su palmarés en Fórmula 1.
Por: AFP