Los problemas de Hulkenberg con el Sauber se deben a su altura

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Nico Hulkenberg: “Mis dedos golpean la cabina cuando toco los pedales, necesitaba espacio”

En el escrupuloso y milimétrico diseño de un Fórmula 1, un kilo de más o un centímetro de menos nunca se dejan al azar. A veces lograr una pole depende de tener un kilo de combustible más o menos en el depósito, así que cuenta hasta el peso de las costuras del traje de los pilotos.

Nico Hülkenberg es el último de una larga lista de pilotos que sufren los rigores de la escueta y claustrofóbica cabina de su monoplaza. Es alto, 1.85 centímetros, y tiene los pies grandes, pero ya los tenía el año pasado en Force India. Así que probablemente el Sauber C32 tiene otras medidas, o han retocado el morro, y el resultado es que Nico se roza con la propia cabina al tocar los dos pedales. Y ya se sabe que las botas van tan pegadas al pie que son como una segunda piel.

“Mis dedos de los pies golpeaban la cabina cuando accionaba los pedales, así que necesitaba algo de espacio y decidimos reducir la suela de goma de los talones de las botas”, reconoció al diario Bild el alemán tras los primeros test de Jerez. Apodado El increíble Hulk, Nico es uno de los pilotos con más futuro de la categoría.

Extracción rápida

El equipo ya le avisó que esa zona del chasis del monoplaza no puede ser reconstruida y que encontrara su propia solución ahora que aún están acomodándose a la nueva oficina durante la pretemporada. De hecho, en los primeros test de Jerez tanto Nico como el mexicano Esteban Gutiérrez, que también es alto y debutante en Sauber, probaron varias posiciones de los asientos buscando encajar como un guante.

El asiento que les fija al suelo y les rodea espalda y nalgas se hace a medida del piloto, pero el espacio se estrecha en el túnel que recoge las piernas hasta los pies y que los equipos acolchan para que los pilotos no terminen con las extremidades amoratadas con tantos golpes.

La posición en la cabina ha de ser ideal, ya que luego tienen que demostrar en los test de la FIA que pueden entrar y salir en menos de 10 segundos del monoplaza en caso de accidente, y no pueden estar retenidos o encajados en ningún punto.

Cuanto más pequeño, mejor

Los pilotos altos siempre han tenido problemas en la Fórmula 1, donde la medida estándar ideal es, cuanto más pequeño y ligero, mejor. “Tienen que medir lo que un jockey”, dijo una vez Eddie Jordan. Los altos como Alex Wurz, David Coulthard o ahora Mark Webber, y los pesados, siempre encajan peor en las ajustadas medidas del auto.

El caso más reciente fue el del británico Justin Wilson, el primero de su país en ganar la prestigiosa F3000 en 2001 (hoy GP2). Sus 1.92 centímetros le impidieron, literalmente, entrar en la cabina del Minardi en el Gran Premio de Hungría, donde le ofrecían correr media temporada en 2002. Como el zapato de Cenicienta, no entraba ni arrugándose.

Afortunadamente para él, el chasis de 2003 ya lo hicieron un poco más largo y pudo competir con el equipo italiano y con Jaguar, aunque siempre por los pelos.

Otro que siempre fue mirado con lupa por su físico fue Juan Pablo Montoya. Él mismo reconoció que en Williams se hartóde que le llamaran gordo: “Frank Williams se quejaba de que yo estaba muy gordo y en malas condiciones físicas. No paraba”, señaló antes de fichar por McLaren, en 2005 donde, por si acaso, llegó con siete kilos menos de peso tras seguir en invierno un estricto programa físico y una intensa dieta.

Por: marca.com

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