El actual motor V6 sería modificado y se anularían las limitaciones de consumo
La F1 puede cambiar de motores en 2016 y contar con motores que ofrezcan 1.000 CV por lo menos, doscientos más que en la actualidad. El objetivo no es otro que marcar diferencias con las categorías que le pisan los talones -GP2 y World Series Renault- y a la vez hacerlos más difíciles de conducir, dando así más valor al piloto.
La potencia no es descabellada. Ya en los años 80, la primera época turbo, en versión de caificación algunos motores de 1.500 cc lograban ofrecer 1200 CV.
El Grupo Estratégico de la F1 ha puesto en marcha un estudio para evaluar las alternativas teniendo en cuenta que el nuevo motor debería costar menos de la mitad de los actuales propulsores híbridos.
Queda descartado un retorno a los antiguos V10 o incluso a los V8. La propuesta inicial de Red Bull, de hacer una versión biturbo de los actuales V6 prescindiendo de todos los sistemas híbridos y las limitaciones de consumo es una de las posibilidades a estudiar. Para Renault, este motor podría costar poco más de una tercera parte de los motores actuales a la vez.
Mercedes, sin embargo, no quiere renunciar a su motor híbrido. Para ellos es una cuestión estratégica, de seguir pudiendo enarbolar el estandarte de liderazgo tecnológico de la F1 y mantener en teoría una ligazón con las tecnologías ‘verdes’ de la F1 y la de los autos de serie.
La firma de la estrella ha ofrecido el suministrar a todos los equipos el sistema híbrido a un precio económico, manteniendo un motor V6 con ligeros retoques para que haga más ruido y pueda ofrecer de 850 CV. Entre esta potencia y los 160 CV híbridos, se estaría justo sobre la barrera de los 1000 CV.
La marca de la estrella estima que incluso con el sistema híbrido, la factura de los motores podría bajar de los 10 millones de euros, algo menos de la mitad de lo que los equipos pagan actualmente a los motoristas.
Por: Mundo Deportivo