Si pensamos en un auto de carreras de aceleración – o drag racing – normalmente pensamos en un muscle car americano, como un Chevrolet Camaro, normalmente equipado con un enorme motor V8 y más de 1.000 hp de potencia. Muchos están sobrealimentados por compresores, o turbos. Desde luego, nadie pensaría en un SEAT Arosa como un buen auto de drag racing. Pero, ¿y si te dijera que este pequeñín desayuna Godzilla y merienda músculo americano? No sólo eso: está equipado con un motor 2.0 TDI bomba-inyector con más de 500 hp de potencia.
Vía DiarioMotor